Los pellets, el combustible de moda ante los precios de la energía. Ya suponen casi el 15% de la calefacción en nuestro país y su demanda no deja de crecer.
España y toda Europa temen la llegada del invierno. Los precios de la energía obtenida a partir de combustibles fósiles siguen batiendo récords y no parece que vayan a estabilizarse. La guerra de Ucrania ha disparado la demanda de energía de todo el continente y políticos y ciudadanos buscan alternativas para evitar pasar frío o arruinarse poniendo la calefacción.
La madera ya constituye la mayor fuente de energía renovable del Viejo Continente. «En España, la biomasa supone el 14,7% de toda la calefacción. Es, de hecho, la principal fuente de energía renovable para este uso», aclara Javier Díaz González, presidente de la Asociación Española de la Biomasa.
«En 2021 el crecimiento fue brutal», indica Díaz. «Y sigue aumentando. La instalación de equipos ha subido más del 40%. Ya hay más de 500.000 equipos de biomasa instalados en España», informa. «Calderas o estufas que usan biocombustibles sólidos como el pellet, la astilla de madera, la cáscara de frutos secos o el hueso de la aceituna», concreta.
¿Qué opinan los ecologistas?
«Es una solución sostenible para calentar las casas porque estamos eliminando del mix energético los combustibles fósiles. Para uso térmico es muy eficiente, para uso energético no tanto, pero para hogares, colegios, hospitales, etc, es muy eficaz», dice Miguel Ángel Soto, portavoz de la Campaña de Bosques de Greenpeace España.
«Otro beneficio del uso de esta energía es que es muy útil para la gestión forestal», añade el experto. «En nuestro país han ardido este año 300.000 hectáreas y una de las razones es el abandono de la masa forestal, si todo eso que está abandonado en los bosques se hubiera recogido y utilizado para convertir en pellets o astillas los incendios habrían sido mucho menos virulentos y se habrían podido apagar más rápidamente», asegura.